domingo, 24 de mayo de 2015

Leyenda de la Campanilla Guardián



 Leyenda de la Campanilla Guardián

La leyenda cuenta que los espíritus malvados de las carreteras, se han enganchado a las motos desde el comienzo de las motos.
Estos espíritus malvados son responsables de las averías mecánicas y de la mala suerte durante el viaje o ruta.
La leyenda dice que para atrapar estos espíritus malvados hay que poner una pequeña campana en la moto ya que el constante ruido de la campana no lo soportan y pierden las fuerzas para seguir enganchados a las motos y se caen al suelo. Esto explica el porqué de los clavos, palos  y otras cosas que nos encontramos en las carreteras.
La leyenda también cuenta, que el poder de la campana Guardián, se multiplica cuando es regalado o comprado por un amigo/a o una persona querida. Para demostrar a alguien lo mucho que le quieres, regalarle una campana guardián para protegerle de los espíritus malvados de la carretera. Compartiendo una campana guardián se transfiere la buena suerte a la moto y a su conductor.

2ª Leyenda de la Campanilla Guardián

 ¿Habéis visto alguna vez una pequeña campanilla colgada debajo del radiador o parte baja de una moto (normalmente custom)  ¿Si?
Hace tiempo, en una noche fría de Diciembre, un viejo motorista volvía de un viaje por el desierto  en moto con sus alforjas llenas de juguetes y de otras baratijas que había comprado para un grupo niños que vivían  cerca de donde él trabajaba.
Mientras montaba a lo largo de esa noche, pensaba lo afortunado que era él en su vida, por tener un buen "compañer@" de viajes como lo era su moto que entendía su necesidad de viajar por las carreteras. Como él lo llamaba, "esa vieja ", que no le había dejado tirado ni una vez en los muchos años y que había compartido los caminos juntos tantas veces.
Cuando más se adentraba en la noche y en el oscuro y frío desierto. El motorista no se dio cuenta estaban al acecho un grupo pequeño de "espíritus malignos" conocidos como GREMLINS DEL CAMINO".
Es sabido por los motoristas la existencia en la carretera de obstáculos tales como zapatos, palos y pedazos de viejos neumáticos. También clavos de ésos afilados y tantos otros objetos que influyen en el rodar de una moto, no cabe duda que todos estos obstáculos no aparecen de la nada, son los "GREMLINS DEL CAMINO" los aprovechan en tirar todas estas cosas y tener una ocasión de regocijo sobre sus malos actos.
Bien, este motorista solitario entró a una curva a la luz de la Luna y los espíritus le emboscaron, haciéndole caer contra el asfalto, rompiendo una de las alforjas y perdiendo parte de los juguetes y baratijas.
También por mala suerte, el motorista quedó atrapado por su moto y era incapaz de moverse. Ocasión que los "GREMLINS DEL CAMINO" aprovecharon para salir de las sombras y atacarlo.
El motorista no estaba dispuesto a entregarse y comenzó a lanzarles los objetos que traía en sus alforjas, mientras los espíritus seguían acercándose.
Finalmente, se quedó sin nada que lanzar, pero, con una campana en la mano que podía hacer usarla de arma. Así que empezó a agitar la campana de un lado a otro para intentar golpear a sus acechadores y a su vez, la campana comenzó a sonar.
A lo lejos, acampados en el desierto, estaban dos motoristas sentados alrededor de una fogata mientras charlaban de su día de ruta. En la calma del aire de la noche oyeron un sonido parecido al de campanas de iglesia, y dispuestos a investigar fueron hacia dónde provenía el sonido. Ahí encontraron al viejo motorista al borde de la carretera con los espíritus alrededor para atacarlo. Ni que decir que no dudaron ni un momento en ayudar al motorista herido ahuyentando a los "GREMLIMS DEL CAMINO".
Muy agradecido el motorista por la ayuda, les ofreció pagarles, pero ellos rechazaron aceptar cualquier tipo de pago:
-"Es la ley de la carretera", dijeron, "Todos los motoristas nos tenemos que ayudar en caso de apuro" No siendo él partidario de dejar pasar un noble acto inadvertido, el viejo motorista cortó dos pedazos de cuero de sus alforjas y les ató una campana cada uno. Enseguida las colocó en cada uno de las motocicletas de los motoristas, tan cerca a la tierra como fue posible. Y después les dijo:
- "Estas campanas me salvaron a mí, y con esas campanas colocadas en sus motos, estarán protegidos contra los "GREMLINS DEL CAMINO" ya que siempre que estuviesen en un apuro, si la hacen sonar, un compañero motorista vendrá en su ayuda".

Así que cuando veas a un motorista con una campana, sabes que lo han bendecido con la cosa más importante de la vida: "La amistad de un motorista compañero de ruta".


Por Oscar Cepeda.

No hay comentarios :

Publicar un comentario